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LA SELVA


Ardillitas, conejitos, jirafas y elefantes
de la selva son sus grandes amantes.
Sus casas tienen allí y nosotros hemos usurpado
sus espacios como alocados.


La disculpa es el progreso, de ver nuestra necesidad,
en dónde queda la de ellos, esto es una necedad.


Cortamos árboles por doquier y no los reemplazamos
vemos las consecuencias y después nos quejamos.


¡Hombre despierta ya! Que nuestros recursos se acaban,
no de todo somos dueños, la tierra es prestada y poco valorada.

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